La Historia de la Monteriana Cristina Isabel.


“Era un hombre humilde y guapachoso”, recuerda Cristina Isabel, quien tenía aproximadamente 16 años cuando en 1977 la sorprendió la vida y la voz del Cacique cantando los versos melodiosos, que años atrás había recibido en cartas enviadas por Edilberto Daza: “Con todo el sentimiento que identifica mis canciones, hago este paseo para una hermosa mujer. ¡Ay! llamada Cristina Isabel, la reina de mis amores”. Aunque no tuvieron una estrecha amistad, Cristina Isabel recuerda que conoció a Diomedes Díaz durante una de sus visitas a Valledupar cuando le presentaron a Edilberto Daza Gutiérrez y con quien sostuvo un noviazgo de un año y medio.

“Nos presentó Senelis Sanín, yo fui de vacaciones y fue un flechazo a primera vista como quien dice”, aseguró. Durante sus viajes a Valledupar un día Edilberto Daza le pidió que lo acompañara a recoger a Diomedes Díaz,a quien debía transportar.

“Diomedes le puso todo el sentimiento a esa canción, tengo amigos que cuando me ven me dicen que se emborrachan escuchando Cristina Isabel”, madre de 6 hijos y abuela de cuatro niños. Con el tiempo perdió contacto con Edilberto Daza, incluso las cartas las quemó al casarse, pero aún recuerda cómo entró por primera vez a una caseta para hablar con Diomedes Díaz, quien le llevaba un mensaje de su enamorado.

Cristina Isabel se enteró de la muerte de Diomedes Díaz mientras reposaba acostada en la hamaca del patio de su casa en el corregimiento El Sabanal, en Montería. Su hijo Carlos le avisó, y vio en televisión, en las noticias de las 7 de la noche, las imágenes de la muerte del artista que inmortalizó el poema dedicado a la monteriana.

“No sabía que estaba enfermo, eso fue así de pronto y hasta dolor de cabeza me dio”, relató la mujer quien fue la protagonista de uno de los temas interpretados por Diomedes Díaz, composición del maestro Edilberto Daza Gutiérrez. Gracias a su romance con el compositor, Cristina Isabel Rodríguez Luna tuvo la oportunidad de ver y dialogar dos veces en su vida con Diomedes Díaz.